A vuelo de pájaro
Lo que hago
Acabo de lavarme la cabeza. Salgo al balcón de mi casa para secarme el pelo. El sol de la mañana se me queda pegado. Por eso, siempre aclaro que soy una rubia “asoleada”.
Me regalaron un secador eléctrico para mi último cumpleaños. No lo uso. Prefiero el viento. Y el sol de la mañana, claro. Casi me desarticulo en mi silla de mi mbre y respiro la ciudad, que llega en polvo y humo hasta el séptimo piso donde vivo. A mi alrededor y desde sus macetas, las plantas me dan su verde saludo y me ayudan a no olvidar el olor de los campos.
Lo que veo
Gorriones bochincheros disputándose vaya a saberse qué: ¿migas en el asfalto?, ¿lombrices en las veredas?, ¿brotes nuevos en los espacios vacíos que dejaron los obreros de la municipalidad, después de hachar los últimos árboles de esta calle céntrica?
No sé cómo tantos pajaritos gorjean aún en la ciudad...
Mi pelo ya está casi seco. Me lo voy a cepillar una vez más y volveré adentro.
Sorpresa
Oía... Ése que se paró sobre la baranda del balcón no es un gorrión... ¡Un jilguero! Me acerco en puntitas de pies para verlo de cerca, pero él se asusta y se vuela. Ahora es una manchita oscura deshilachándose entre las antenas de televisión del edificio de enfrente.
Ya se fue... Siento como si también se hubieran volado mis ganas de sol...
Vuelvo a mi habitación y pienso en el jilguero. Me pregunto si el jilguero
pensará en mí... Acaso mañana...
Ya es mañana
Salgo al balcón, y no solamente para regar mis plantas. Sé que es una tontería, pero espero al jilguero. Mi mano le reserva miguitas de pan. Mis ojos hacen equilibrio sobre las cornisas, resbalan por los retacitos de cielo que se enganchan en las antenas.
¿Por dónde veré aparecer la manchita oscura? ¿Volverá?
Segunda sorpresa
¡Es él! ¡Es él! ¡Ha vuelto!
Desde la sala, las carcajadas de mi hermano se confunden con mis gritos de
alegría y abren una duda: -¿Cómo saber si es el mismo pájaro de ayer?
Es el mismo, lo sé, no importa cómo.
Le ofrezco las miguitas, dispersándolas por las barandas del balcón. Me mira desde lejos, temeroso, y, temeroso, se acerca a comerlas. Me mantengo quieta, a la distancia, no quiero asustarlo.
Hoy
Pasaron muchos días desde la primera vez que el jilguero se detuvo en el balcón. Regresa siempre. Siento su entrega a mi afecto, su total confianza.
Ya come de mis manos.
Me bastaría cerrar los dedos en torno a su cuerpecito y podría ponerlo en una jaula. Pero mis manos no desean ser su jaula. Mi corazón tampoco. Mirándolo, toco su plumaje. Mirándolo, su hermosura. Y es mío porque lo quiero. Todo lo que amamos nos pertenece y somos de quienes nos aman...
Así de fácil es querer cuando se quiere de veras.
1. ¿En qué orden ocurren los acontecimientos?
( ) La niña espera que el jilguero regrese.
( ) El pajarillo come de la mano de la niña.
( ) Una niña se seca su pelo al sol.
( ) Un jilguero se posa en el balcón de la niña.
2. ¿Dónde ocurren los acontecimientos narrados?
3. ¿Qué mensaje propone el cuento?
4. ¿En qué lugar se ubica el hogar de la niña?
5. ¿Qué hizo la niña para conquistar al jilguero?
6. Luego del primer encuentro con el jilguero la niña teme que éste:
7. Según lo que se muestra en el relato, la niña:
A) extraña la vida pura y limpia del campo.
B) se molesta con los ruidos de los gorriones.
C) vive muy sola y está triste por ello.
D) habla solamente con las aves que se posan en su jardín.
8. ¿Qué quiere expresar la niña cuando dice “me bastaría cerrar
los dedos en torno a su cuerpecito y podría ponerlo en una jaula.
Pero mis manos no desean ser su jaula. Mi corazón tampoco.”?
A) No le gustan los pájaros dentro de la casa.
B) Teme encariñarse con un pájaro que debe ser libre.
C) Prefiere que los amigos decidan si quieren estar cerca de ella.
D) Cree que a los animales no se les debe
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acho que a letra d mas você deve pesquisar para ter certeza disso pesquise boa sorte vai com Deus que você consegue
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