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Explicação:
En efecto, son las festividades religiosas las que destacan sobre cualquier otra forma de celebración en la mayoría de las fiestas españolas. En concreto, el marcado culto a la figura mariana suele ser la excusa perfecta para montar un intrincado plan de festividades en torno a una procesión o serie de procesiones donde los iconos de la Virgen María (y, en ocasiones, otros iconos católicos como los santos patrones o el Niño Jesús) son llevados en procesión a través de las calles de ciudades y pueblos con el propósito de, por un lado, presumir de la rica decoración, atuendo y artesanía del propio icono, y por otro, embarcarse en una expresión popular y compartida de devoción por la figura.
Sin embargo, si bien es cierto que las procesiones religiosas y el fervor por las festividades católicas es la norma a lo largo y ancho del país, esto no anula la posibilidad de celebrar ritos más mundanos, e incluso paganos, con la misma intensidad, si bien su número es mucho más reducido. En efecto, son muchos los casos en los que las tradiciones pagana y católica han confluido, a raíz de una inteligente y oportunista estrategia de la iglesia católica, que se solía apropiar de festividades disfrutadas en masa por gran parte de la población, dándoles una connotación piadosa que promovía la continuación de la tradición establecida a la vez que condenaba el contexto originCon una tradición milenaria, el carnaval se ha celebrado es España desde la Edad Media temprana, cuando el escenario proporcionaba la excusa perfecta para armar un buen jaleo en el contexto de la liturgia, e incluso en las dependencias de la iglesia. Por esto, una de las más antiguas funciones dramáticas en la historia del teatro español (y de la literatura) consiste en la representación de la lucha entre Don Carnal, que representa los deseos terrenales relacionados con la carne y el placer (y, por tanto, "de este mundo"), y Doña Cuaresma, normalmente representada como una frígida mujer mayor que vive con pasión la vida piadosa que le garantizará la entrada en el "otro mundo".
Aunque las formas modernas de celebración de los carnavales tienen poco que ver con las tradiciones medievales, continúa siendo un evento tremendamente popular con unas raíces muy profundas en varias comunidades, donde la pintoresca ocasión se convierte en el centro de atención de la temporada de fiestas. Ése es el caso, por ejemplo, de Tenerife, donde el internacionalmente famoso Carnaval es el segundo de importancia después de Brasil. De igual manera, la fanfarria escenificada en Cádiz en torno a esta festividad es muy impresionante, lo que demuestra sin lugar a dudas la relevancia de esta antigua tradición en la cultura moderna de España.al de la ceremonia.
BOM ESTUDO!
POR ESTUDOSSENA ©