• Matéria: Espanhol
  • Autor: matheuswxy
  • Perguntado 3 anos atrás

- Identifique o título;

- Identifique o tema tratado no artigo de opinión;

- Identifique e cita dois argumentos desenvolvidos pela autora;

- Identifique e escreva a conclusão apresentada pela Dolores Graña.

- Identifique a fonte de comunicação que está sendo utilizado para apresentar o artigo de opinião.

testo:

Los grandes romances comienzan con un champagne y terminan con un té. Parafraseando a Honoré de Balzac y su Tratado de los excitantes modernos (Libros del Zorzal), el té suele ser considerado el compañero ideal a la hora de pagar los platos rotos del festejo. La tabla de salvación bebible que lleva a la sobriedad, racionalidad y mesura tras cualquier exceso, apreciado únicamente en la medida que cumple esa función con eficiencia y mínima moralina, como si fuera el “conductor designado” en una salida nocturna o el hermano mayor que nos libra de la ira de nuestros padres. ¿Cuántas veces se ha pronunciado la fatídica frase “yo tomo té solo cuando estoy enfermo”? Solo al café se le permite hacernos sentir bien y felices a la vez. Al té ni siquiera se lo deja intentarlo.

A diferencia del café, cuyo consumo consciente y constante ha terminado por desarrollar en nuestro país una pequeña comunidad de especialistas y entusiastas que celebra entender lo que se está tomando, consumir mejores productos de un modo no reñido con el equilibrio del ecosistema en el que cultivan ni con la explotación de los trabajadores que lo acercan a nuestra mesa, el té por estos días lucha aquí para refinarse más allá de su producción industrial en saquitos y escapar, en el otro extremo, del pintoresquismo. Como si fuera ese papel carta barroco que cambiábamos en los años 80, tan repleto de dibujos y brillantina que estaba claro que sus productores no esperaban que los usáramos para “cartearnos” con nadie, las conversaciones sobre “el último té rico que probamos” suelen comenzar compartiendo la sensación de calma que parece otorgar una taza de té ante cualquier zozobra –física, psíquica o emocional– pero no se detiene en la infusión en sí.
Una taza de té, incluso hoy en día, implica hablar de cultura, espiritualidad, comercio, historia y, sobre todo, de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que decidió enviar en 1848 a un botánico llamado Robert Fortune a robarse del corazón de China las plantas de té con las que sobreviviría al final de sus dos siglos de monopolio comercial con ese país. Con ellas establecería una nueva industria en su propio imperio, la India (la increíble historia puede descubrirse en el libro For All The Tea in China, de Sarah Rose). Pero no hablamos de eso, sino entablamos un intercambio sobre cuáles son las frutas, especias y flores capaces de combinarse mejor para derrotar al sabor del té que pide permiso, sepultado bajo de la ametralladora de olores y sabores.
No hacemos eso con el café. Sabemos por ejemplo que Colombia, Brasil o Kenia son tres paraísos productores, y que las características de sus suelos, sus climas y las técnicas de su cosecha y posterior secado influyen en el sabor de sus granos. Solemos pedirlos así, por la variedad que mejor apreciamos o queremos descubrir, teniendo en cuenta el tipo de cafetera que usaremos y la intensidad del sabor (para no inflamar sensibilidades, no abundaré en los paralelismos entre el saquito y el tetrabrik).

Por el contrario, cuando pedimos “un té común” deberíamos saber que el té negro (sí, el “té común”), el té verde, el té rojo y el té blanco, por nombrar algunos, son formas de oxidación o fermentación de los brotes cosechados de una misma planta (Camelia sinensis). De todos modos, hablar de tés por colores, por denominación de origen (Keemun, Assam, Lapsang Souchong, Darjeeling) o por blends establecidos (English Breakfast, Russian Caravan, Earl Grey) no es solo hablar de paladares y sensaciones, de rituales compartidos o solitarios, ancestrales o recién llegados, sino también -más allá de manuales y sitios especializados, de sommeliers y talibanes del gusto- de lo fundamental. De la taza de té perfecta que nos espera, plácidamente, cuando descubrimos que esa particular botella de champagne de nuestras vidas se ha terminado.

Respostas

respondido por: moniqueporcino44
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hall yoxida ¥€√

Explicação:

pextol hall yoxida trai a Davi com uma outra pessoa

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